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Los niños cubanos disfrutan de su derecho a la Salud, la Educación, a jugar, a reír, y por eso este primero de junio, Día Internacional de la Infancia, celebran como en cada jornada la dicha de vivir en Cuba, donde los infantes nacen para ser felices.
Estudiar, hacer trazos y jugar es lo más divertido del círculo infantil, según asegura Rosa Ailena Roselló Romagoza, una niña de ojos bien despiertos y facilidad de palabras que cursa el sexto año de vida en la institución educativa Pedro Pompa, de esta ciudad.
Nos portamos muy bien, comemos solos, y ayudamos a las seños, quienes nos cuidan durante todo el día, añade la pequeña, quien afirma ser una niña feliz.
Según Vanesa Reyes Vallejo, de seis años de edad, lo más rico en el círculo infantil es la comida, con la cual ella va a crecer sana y fuerte, y para demostrar que sabe comer vegetales, agrega “me gusta le lechuga, el pepino y el tomate”.
Igual de espontáneo ante la grabadora resultó Maikol Lisver Domínguez, quien destacó que todos los días juega, almuerza, aprende canciones y colores, actividades importantes también para desarrollar sus habilidades y enfrentar otros niveles de enseñanza.
A través de poemas los infantes cubanos conocen sus derechos, y aunque todavía no tienen conciencia de cuanto vela el Estado por su seguridad y bienestar, ellos saben que viven en un país donde sin limitaciones pueden ser felices.
El Día Internacional de la Infancia tiene entre sus objetivos recordar a la ciudadanía que los niños son el colectivo más vulnerable, y exigir sus derechos a la Salud, la Educación y la protección, independientemente del lugar del mundo donde vivan.
La fecha se celebra desde 1956, y fue instituida por la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas para que cada país promueva actividades en las cuales involucren de manera directa a los más pequeños de cada casa.
(ACN)
